Canyoneering en Kawasan Falls

 Ir a Kawasan Falls es como ir a Jurassic Park. Excepto porque no tiene dinosaurios y porque no es una isla perdida. Pero se parece un poco. Al menos en toda la naturaleza que rodea estas cascadas donde hicimos "barranquismo" (si, sí es una palabra), caminando de lago en lago y saltando por cascadas desde la cima de la montaña hasta la base.

Toda una experiencia.

Eso sí, hay que despertarse temprano para hacer el viaje desde Cebu, o de preferencia de Moalboal, el pueblo más cercano a la montaña, porque el llegar ahí puede tomar hasta cinco horas en coche desde la ciudad más cercana. Además de un paseo en moto de una media hora y una caminata igual de larga para llegar al inicio del recorrido.

Hay gente no tan aventurera que se evita el recorrido y solo va a la cascada más grande, que se encuentra en la base de la montaña, van por unas garnachas pilipinas y a remojarse la mugre un rato. Pero para realmente disfrutar Kawasan hay que esperar. El recorrido en si toma un par de horas de hiking y canyoneering - barranquismo, que es ir bajando la montaña entre nadando, caminando, y aventándose de pequeñas cascadas de hasta 10 metros. Obvio en traje de baño y tenis. O en chanclas para los locales que no se resbalan y que son como el hombre araña. O como changos.
Lo que es un poco difícil de explicar, es porqué este lugar está dentro de nuestros top 5 del mundo mundial. Las cascadas no son tan impresionantes como las de Iguazu, y el trecking no es tan desafiante como el del glaciar Perito Moreno. Sin duda no hay templos o estructuras como en los montes de Kioto. Pero lo que sí tiene es que en todo el trayecto, por la forma acuñada que ha formado el río, y por los árboles altos que flanquean el cañón, pareciera que se está recorriendo una cueva gigante. De hecho, hay partes en las que sí tuvimos que nadar dentro de cuevas, aunque fueron muy pequeñas e iluminadas.
Finalmente, después de un día ajetreado con buenas aventuras en este cañón, nos fuimos directo a la playa a descansar y a snorquelear un poco. Snorqueleamos como a cinco o diez metros del camino, junto a un muelle medio apestoso y semi hundido, pero que fue suficiente para nadar entre un banco de miles de peces que se movían como en Finding Nemo cuando los queríamos tocar.

Mientras disfrutábamos el mar y una rica cervecita, nuestro chofer del día también descansaba en la playa como cualquier otro turista, y nos comentó que era la primera vez que le tocaba disfrutar así. Esto es porque la mayoría de sus clientes le suelen pedir que espere en el coche mientras ellos van a disfrutar. Se nos hizo muy triste escuchar como aunque había estado en esos lugares cientos de veces, en realidad nunca los había disfrutado. Ni él ni su familia. Como siempre pensamos en la terrible desigualdad que existe en este planeta y en lo afortunados que somos de poder disfrutar todas estas experiencias.

Y así se nos fue el día y nuestra estancia en Filipinas. Viviendo como reyes junto a la pobreza extrema de este gran archipiélago, sintiéndonos afortunados de tener nuestro estilo de vida tan cómodo comparado con el de millones que no tienen las mismas oportunidades que nosotros, y absorbiendo y aprovechando lo más que pudimos.

Thank you, po.

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