Rio de Janeiro... y el "pequeño" Cristo
¿Qué hay más Carioca que una fila de conga y gente jugando fútbol? Carnaval y playas, ¿no? Es lo único que me viene a la mente. Eso y el gigante Cristo Redentor, que aunque efectivamente es enorme, al llegar a la ciudad se ve minúsculo a lo lejos. Es decepcionante. ¡Se tenía que decir y se dijo!
Pero el motivo principal del viaje no era ir a saludar al Cristo en la montaña, si no ir a ver a nuestra gran pequeña amiga "la Gabi" y al "Jose el Pololo". Aclaro unos temas de esta última oración.
Nota cultural: Tanto los argentinos como los chilenos destruyeron el español. Deben haber hecho una apuesta de quien lo deformaba más, y todos salimos perdiendo. #quedecís #cachai
Y por esos seis meses en Argentina pudimos hacer el viaje a Brasil. Cuando Cinthya me visitó en Buenos Aires, aprovechamos la cercanía para verlos aunque fuera de rápido. Viajamos un fin de semana cualquiera aprovechando la "cercanía", y lo primero que hicimos fue caminar por Copacabana. ♫Copa, Copacabana♫. A poco no cada vez que lo dicen piensan en la típica canción de boda. Luego fuimos a Ipanema, donde no encontramos a su famosa chica, pero si disfrutamos su playa.
Pero el motivo principal del viaje no era ir a saludar al Cristo en la montaña, si no ir a ver a nuestra gran pequeña amiga "la Gabi" y al "Jose el Pololo". Aclaro unos temas de esta última oración.
- ¿Quiénes son ellos? Son unos amigos chilenos que viven en Sao Paolo y en ese momento eran novios (ahora son esposos).
- En Chileno pololo significa novio, y los conocimos en Boston. La Gabi era amiga de Cinthya en MIT y yo tuve algunas clases con el Jose en BU.
- Los chilenos le agregan "el" y "la" a los nombres, por lo que es correcto decir la Gabi o la Cinthya. No es que se me hubiera olvidado la forma correcta de hablar después de seis meses en Argentina.
Nota cultural: Tanto los argentinos como los chilenos destruyeron el español. Deben haber hecho una apuesta de quien lo deformaba más, y todos salimos perdiendo. #quedecís #cachai
Y por esos seis meses en Argentina pudimos hacer el viaje a Brasil. Cuando Cinthya me visitó en Buenos Aires, aprovechamos la cercanía para verlos aunque fuera de rápido. Viajamos un fin de semana cualquiera aprovechando la "cercanía", y lo primero que hicimos fue caminar por Copacabana. ♫Copa, Copacabana♫. A poco no cada vez que lo dicen piensan en la típica canción de boda. Luego fuimos a Ipanema, donde no encontramos a su famosa chica, pero si disfrutamos su playa.
Y que impresionantes playas. Creo que nunca las había visto tan largas y anchas, con muchísima gente local simplemente paseando, tomando, y enseñando cuerpo. A Cinthya se le iban los ojos de aquí pa allá con tanta gente súper atlética y en muchos casos operados hasta por donde no les da el sol, que era muy poco por los diminutos trajes de baño que usaban.
Además de pasear en la playa, en algún momento rentamos una palapita y nos tomamos unas ricas chelas y caipiriñas además de un poco de mate brasileño (matte leao), que no recuerdo si estaba bueno o no, aunque igual y ni lo probé. Eso para beber, y para comer compramos unas coxinhas, pao de queijo, bolinhos de bacalhau y demás frituras que extrañamente se comen sin problema en el calor de la playa. En otro momento comimos una rica feijoada y algo de caruru pero eso es otra historia.
En lo que seguimos con el post les les dejo un buen artículo que habla sobre la cultura de snacks en las playas de Río.
Habiendo disfrutado de una mañana en la playa, era hora de ir al highlight del viaje y de Brasil: el Cristo Redentor y el montecito bien llamado Pao de Acucar. Llegar fue medio complicado, ya que íbamos en una van que paraba cada dos minutos para recoger otros turistas, mega acalorados y subiendo junto al tráfico por caminos llenos de curvas. Yo como siempre casi vomito, pero por suerte llegamos sin ningún problema y sin ninguna mancha en mi ropa (ni en la de los demás).
Y lo que se veía súper pequeño desde la playa, poco a poco iba aumentando de tamaño, hasta que finalmente llegamos a la base del famoso Cristo. Ahí comprobamos la teoría de la relatividad y vimos al Cristo con su tamaño natural. Y aunque esta súper padre y es impresionante, lo mejor fue la vista de la ciudad en el trayecto y sobre las montañas. Eso sí, la vista desde el Pao de Acucar, viendo al Cristo es aún mejor. Lo único malo es que en los dos cerros nos tocó ver miles de personas intentando tomarse una buena selfie. #somosunaplaga #thanoswasright
Desde la cima de los dos cerros se aprecia lo lindo de la bahía. Con una mezcla de árboles y edificios blancos, o de colores brillantes, medio parecido a Acapulco – que siempre me ha encantado como se ve desde la carretera de Punta Diamante – pero un poco más grande. Se veían en miniatura el Fuerte de Copacabana, que es un lugar perfecto para ver atardecer y echar novio/a, además de la Escadaria Selaron que seguro han visto en películas. #whatisthis #acenterforants #zoolander #elqueentendioentendio
Además de pasear en la playa, en algún momento rentamos una palapita y nos tomamos unas ricas chelas y caipiriñas además de un poco de mate brasileño (matte leao), que no recuerdo si estaba bueno o no, aunque igual y ni lo probé. Eso para beber, y para comer compramos unas coxinhas, pao de queijo, bolinhos de bacalhau y demás frituras que extrañamente se comen sin problema en el calor de la playa. En otro momento comimos una rica feijoada y algo de caruru pero eso es otra historia.
En lo que seguimos con el post les les dejo un buen artículo que habla sobre la cultura de snacks en las playas de Río.
Habiendo disfrutado de una mañana en la playa, era hora de ir al highlight del viaje y de Brasil: el Cristo Redentor y el montecito bien llamado Pao de Acucar. Llegar fue medio complicado, ya que íbamos en una van que paraba cada dos minutos para recoger otros turistas, mega acalorados y subiendo junto al tráfico por caminos llenos de curvas. Yo como siempre casi vomito, pero por suerte llegamos sin ningún problema y sin ninguna mancha en mi ropa (ni en la de los demás).
Y lo que se veía súper pequeño desde la playa, poco a poco iba aumentando de tamaño, hasta que finalmente llegamos a la base del famoso Cristo. Ahí comprobamos la teoría de la relatividad y vimos al Cristo con su tamaño natural. Y aunque esta súper padre y es impresionante, lo mejor fue la vista de la ciudad en el trayecto y sobre las montañas. Eso sí, la vista desde el Pao de Acucar, viendo al Cristo es aún mejor. Lo único malo es que en los dos cerros nos tocó ver miles de personas intentando tomarse una buena selfie. #somosunaplaga #thanoswasright
Desde la cima de los dos cerros se aprecia lo lindo de la bahía. Con una mezcla de árboles y edificios blancos, o de colores brillantes, medio parecido a Acapulco – que siempre me ha encantado como se ve desde la carretera de Punta Diamante – pero un poco más grande. Se veían en miniatura el Fuerte de Copacabana, que es un lugar perfecto para ver atardecer y echar novio/a, además de la Escadaria Selaron que seguro han visto en películas. #whatisthis #acenterforants #zoolander #elqueentendioentendio
Les cuento sobre la Escadaria. Es una escalinata llena de colores y músicos que funciona como entrada a la famosa Lapa, una comunidad bohemia llena de vida y bossa nova, sobre todo por las noches. En el link de ahí arriba pueden encontrar algo más de información y algunas buenas fotos.
Pero como el viaje era de pisa y corre, no nos quedó más que cenar y tomar el vuelo de regreso a Buenos Aires. Y así sin más, nuestro gran viaje, al igual que este post, fue cortado cuando mejor se ponía. C'est la vie.
#Obrigado
Pero como el viaje era de pisa y corre, no nos quedó más que cenar y tomar el vuelo de regreso a Buenos Aires. Y así sin más, nuestro gran viaje, al igual que este post, fue cortado cuando mejor se ponía. C'est la vie.
#Obrigado
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