Perdidos en Marrakesh

Hombre parado en un callejón de Mrrakesh♬Gran Alí, Príncipe Alí
Alí Ababua.
Al pasar se han de inclinar
Siempre ante ti.
De gala se han de vestir
Sultán, Princesa, y Visir.
Que el mozo es soltero
Y a boda me huele aquí!♬

¿Donde he escuchado esa canción? ¿En Las Mil y Una Noches? Naa. ¿En Lawrence of Arabia? Menos. ¿Aladdín? ¡Claro! ¿Pero por qué empezamos el post con esta canción? Porque aunque Agrabah es ficticia y probablemente estaría en Arabia Saudita, estoy seguro que el equipo de Disney se inspiró en la Medina de Marrakesh para algunas escenasy al llegar ahí nos sentimos como en la película. ¡Hasta cuando nos quería robar por habernos "dirigido" un par de calles hasta nuestro hotel! Igual de rateros que el tal Aladdín.

El caso es que después de haber volado Londres-México-Londres-Marruecos en una semana (fuimos a México para Navidad), por fin llegamos a nuestro pequeño hotel en Marrakesh, un Riad que era un oasis escondido dentro de la medina. Nunca hubiéramos imaginado que podíamos encontrar un lugar tan espectacular dentro de callejones con paredes de piedra o barro que esconden casas y hoteles con verdes jardines y pequeñas pero refrescantes albercas.
Vista de la planta baja y terraza del hotel en Marrakesh

Patio interior del hotel visto desde el primer piso
Hasta un par de meses después, en un viaje a la Alhambra en Granada, aprendimos que los árabes solían crear edificios o estructuras que por fuera no llamaran la atención, pero por dentro los decoraban en exceso para mostrar su riqueza.

Nuestro hotel estaba dentro de la medina Souk Jamaa El Fna, que es la parte antigua de la ciudad y que tiene tan famosos callejones y mercado. Algo impresionante fue que tanto al amanecer (desde las 5am) y al anochecer, los hombres empezaban a correr desde sus casas, desde sus locales de comida o artesanías, o de donde quiera que estuvieran hacia las mezquitas. De repente, todo quedaba en un silencio muy corto para dar pie a los rezos que se filtraban por toda la ciudad, hasta llegar a los cuartos de los hoteles donde los turistas (o sea nosotros) intentaban descansar.

Además del viaje para pasar la noche en el desierto, quisimos aprovechar lo más que pudimos la ciudad en los pocos días que teníamos. Tomamos mucho té de menta en cada restaurante que visitamos, e incluso en algunos puestos donde nos lo ofrecían por ser así su cultura. Nos asombramos con la producción del aceite de argán que está en tantos shampoos y acondicionadores, e incluso fuimos parte del proceso de producción al ayudarles a triturar las semillas (obvio Cinthya se compró un bote o dos).

Paseamos por el Jardín Majorelle, un oasis lleno de vida con todo tipo de flores y árboles dentro del desierto y lejos del calor de la ciudad, que fue restaurado y hecho popular por Yves St Laurent. Caminamos dentro del Bahia Palace para conocer la historia de los sultanes y gobernantes que fueron responsables del crecimiento de la medina y, finalmente, nos adentramos en los souks, o los puestos de mercado en los cuales regateamos aunque al final no compramos nada.
Foto de Pixabay / CC
Local con producción de argán con diferentes ingredientes y productos terminados

Cinthya viendo como tallan la madera de manera tradicional
Desafortunadamente no pudimos entrar al Madrás Ben Youseff ni a la mezquita de Koutoubia, uno por que estaba en reparación y la otra porque no somos musulmanes. Lo que no nos faltó, fue ver todo tipo de gente, algunos vendiendo dulces y nueces tostadas, unos otros haciendo malabares con aros y cuchillos, y hasta ¡un encantador de serpientes! Las serpientes se veían más flacas que los faquirs que tragaban fuego y espadas, por lo que probablemente estaban medio adormiladas y no hacía falta encantarlas. Un dato curioso es que, a lo que en México conocemos como faquirs, los artistas que tragan espadas, en la realidad vienen de los fakires, que son un tipo de monje musulmán que han hecho votos de pobreza. Poco confuso pero sí hay diferencia.

Anyway, nuestra visita a Marruecos no podía estar completa sin ir a Casablanca, por lo que decidimos dejarla incompleta para tener un motivo por el cual regresar, y en vez nos fuimos a Essaouira. Luego les platico de esa muy linda ciudad que se encuentra en la costa del mediterráneo.
Patio central del palacio con cerámica y arcos
Jardín principal del palacio con fuente en el centro

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