El Vaticano con el Papa Rockstar Francisco

boleto misa vaticano
Entra el Papa Francisco al Auditorio Paulo VI. ¡La gente se vuelve loca! ¡Francisco! ¡Francisco! Se empujan para verlo. Se suben a las sillas. Quitan las chamarras y bolsas de otras personas mientras suben la mano con su celular prendido y tomando video. Y así ven pasar a Francisco el rockstar, por medio de una pantalla de celular mientras lo tienen en frente.

Es que provoca emoción verlo tan de cerca. ¡Claro! Es que quiero una foto del recuerdo de la vez que lo vi. ¡Ok! Es que necesito creer que todo va a estar bien. ¡Por supuesto! Todos esos comentarios y más son completamente aceptables, comprensibles y alentados. Y aplican para católicos, no católicos, creyentes o no creyentes.

Pero cuando nos convertimos en personas sin cabeza (ver abajo), siendo completamente egoístas y pensando solamente en nuestro interés personal, creo que el significado de ir a la audiencia espiritual del papa pierde mucho sentido. ¿Por qué hablo del egoísmo? Porque mientras un gran número de personas se aventaba al pasillo central y se paraba en las sillas, otros más se quedaban rezagados con las ganas de verlo pasar. Muchos de ellos niños, enfermos o ancianos.
hombre sin cabeza
¿Quién soy yo para decir como se debe comportar la gente, limitar sus emociones y decir que está bien y que mal? Efectivamente, no soy autoridad moral ni el dueño oficial de las buenas maneras. Solo intento tener conciencia de mis actos, intento darme cuenta y hacerme responsable de mis acciones e intento no afectar ni limitar el derecho de los demás de disfrutar algo al igual que yo.

Entonces, emocionado y decepcionado al mismo tiempo, o como diría el pequeño Ralph, "[estando] feliz y enojado" #elqueentendioenteendio #lossimpsons, pasé las siguientes dos horas escuchando en ocho idiomas las palabras de amor y aliento del Papa para todos los que estábamos con él. Italiano, español, inglés, alemán, francés, árabe, portugués, polaco.

Habían una monjas brasileñas de unos 80 o 90 años sentadas justo adelante de mí. Una familia de Polonia atrás y una pareja gay a unas cuantas filas. Todos estaban atentos a cada palabra y a cada oración que el Papa ofrecía y que un sacerdote traducía. El ver a las monjas me llevó directamente al DF donde mi abuela probablemente vería esa misa por la tarde. La familia polaca con mi papá y mis tíos. La pareja gay con Cinthya, pero solo porque eran pareja, no por otra cosa.
papa francisco en misa
Y finalmente, decepcionado por el comportamiento de las personas que tienen "más educación", más dinero para hacer el viaje hasta Roma, y más oportunidades de vivir este tipo de experiencias, me resigné y decidí simplemente disfrutarlo.

Feliz y enojado.

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