Comiendo y tomando en BsAs
Pero es súper curioso como el mate es algo tan importante para los argentinos. Mate y fútbol son tema de todos los días. E igual y las facturas. No las del SAT relacionadas con impuestos, si no las que se comen. En serio, no los cuenteo. La primera vez que en la oficina me ofrecieron una factura en la mañana pensé que estaban locos o que me estaban haciendo una broma.
Las facturas son como cuernitos pero más alargados y delgaditos. Según los argentinos ellos las inventaron, igual que muchos otros postres, el vino y hasta la carne asada, pero se les olvida que en realidad gran parte de la repostería y todo lo demás, viene de Europa. Es como cuando en México decimos que inventamos los churros. Es una gran mentira, son españoles.
Regresando al mate, es súper normal ver a todos los turistas argentinos, al igual que a los locales, pasear por la ciudad con su termo con agua caliente, y su "calabacita" con popote metálico. Así como en argentina, en cualquier lugar del mundo si ven a alguien con esas dos cosas ya saben que son o argentinos o uruguayos porque no salen de casa sin ellos. No exagero.
¿Y por donde pasean los argentinos en Buenos Aires? Hay mil lados a donde ir porque la ciudad es realmente bella. Para mi es de las ciudades más bonitas que he visitado, al menos en las zonas turísticas y por donde vivía. Es una ciudad muy verde, con avenidas largas y anchas como Avenida de Mayo, Avenida Corrientes, o la Avenida 9 de Julio, que dicen que es la calle más ancha del mundo. Por otro lado, hay otras zonas con calles como pasadizos en Retiro y en San Telmo, y tiene una gran mezcla de edificios 100% clásicos que se encontrarían en París, así como otros más coloniales sacados de San Miguel de Allende.
Pasean por el Ateneo, que es la librería más bonita del mundo según los porteños, y que en realidad es magnífica, y se pasean por el Cementerio de la Recoleta para visitar la tumba de una de sus más adoradas figuras, Eva Perón. Y si les da hambre, pues se van por un sanguche de bondiola (torta de carne) o por una buena parrillada y unas buenas carnes a Puerto Madero (en realidad una buena parrillada la encuentran en cualquier lado).
Entonces hablemos de carnes. Antes de empezar tengo que hacer un disclaimer de lo malo que es comer carne. No como carne desde hace 4 años y no la extraño nada, pero en ese entonces era un gran carnívoro y lo disfruté enormemente. Pero la contaminación generada en el proceso de producción y distribución es gigante, emitiendo miles de toneladas de gases tóxicos, uso impresionante de agua por cada kilo, y la destrucción de miles de hectáreas de bosque para poner a pastar o producir alimentos para las vaquitas. De hecho se necesitan aprox. ¡2,500 litros de agua para producir una hamburguesa! No es mentira. Les dejo un link sobre esto.
Anyway, haciendo esa advertencia, puedo platicarles de las carnes de Buenos Aires. Para mí las más ricas fueron las de La Cabrera, que las servían con diferentes guarniciones para acompañar a cualquier de los cortes que pides. Pero esa es la forma no típica y no argentina de comer una buena carne. De hecho es como sacrilegio. Para los argentinos, tiene que ser carne con más carne. Y listo. A lo mejor algunas papas a la francesa para acompañar, pero ni la sazonan, ni le echan salsa (incluyendo chimichurri), ni ensalada ni nada. A Cinthya casi le da un infarto de no encontrar ensaladas, mientras que yo comía casi todos los días mi milanesa de ternera con side de jitomate con brúcula y palmitos. #quedelicia
El otro lugar donde solíamos comer como reyes, y que así nos cobraban, era en El Mirasol del Puerto, que además de preparar unos cortes de carne magníficos (la cortan con cuchara para que veas que tan fresca y tierna esta), tenían una vista re-linda junto del canal de Puerto Madero, por donde pasan veleros y mini yates para salir al Río de la Plata.
Pero de todo eso les cuento otro día.
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