Bologna y Siena... Dos day trips que valen la pena

fuente de neptuno en la plaza principal
Lo más famoso de Bologna es la salsa Bolognesa. Duh.

Sin embargo, yo creo que deberían ser sus torres inclinadas. No he ido a Pisa, pero es impresionante la altura e inclinación de las dos torres en el centro del pueblo, y he leído que efectivamente no le piden nada a su famosa hermana de Pisa. Supongo que no pueden acaparar reflectores por todo ¿no creen? Si no, Bologna sería famosa por:
  1. La comida - tagliatelle, tortellini o lasagna al ragú - que para nosotros es salsa bolognesa - salchichas o carnes frías y muchas otras sopas y pastas son algunas de las delicias que hacen de esta ciudad una de las más reconocidas en Italia junto con Nápoles por la pizza, Parma por el queso y la Toscana por el vino
  2. La universidad y su ambiente - La Universidad de Bologna es la universidad más antigua del mundo, e incluso abrió antes que Oxford; es de las mejores rankeadas en Italia académicamente y también por la buena fiesta que manejan - al final del día es un pueblo universitario en Italia, por lo que no se podía esperar menos
  3. Las torres - como les dije más arriba, son impresionantes, y parece que en cualquier momento se derrumbarán y aplastarán a todos los turistas que anden tomando fotos por ahí, sobre todo a los que no dejan en paz al celular
Por otro lado, para los poblanos que lean el post, la ciudad les gustaría mucho, aunque seguro dirían que la de ustedes es mejor. ¿Por qué? Por los portales. Existe o existió, no estoy 100% seguro, una ley que obligaba a que todos los edificios dentro del límite de la ciudad tuvieran arcos tipo los del zócalo de Puebla. No importaba si eran edificios por construir o si ya eran viejos, todos los debían tener por decreto real.

Gracias a estos arcos se puede caminar por kilómetros y por decenas de calles en aceras que están cubiertas por edificios, para solo salir a la "intemperie" al cruzar las calles en las esquinas o para pasear en las plazas. La verdad está un poco mejor que Puebla aunque los poblanos lo vayan a negar.

Lo único malo es que como todo es casi igual, me la pasé dando vueltas como mayate medio perdido, buscando regresar a la iglesia renacentista a medio terminar y a la fuente de Neptuno espectacular que se encuentran en el centro del pueblo. Esta fuente de Neptuno fue creada y dedicada a este dios desde el principio, contrario a su estatua de la Pinacoteca di Brera en Milán de las que les hablé en este post.
tienda de pasta en bologna con diferentes tipos de pasta hechos a mano
iglesia a medio terminar en la plaza principal de bologna
edificios con arcos en bologna
Pero, ¿cómo o por qué llegué a Bologna? Si recuerdan el primero de los posts de Milán, les comenté que Cin se fue de trabajo a Italia y yo me le uní de turista. Para llegar a este país mediterráneo voló de Londres a Bologna, donde pasamos una noche, y de ahí viajamos a Florencia. Yo llegué desde temprano para aprovechar el día, recorrí toda la parte histórica, y luego me fui caminando en la noche hacia la zona industrial que queda por el aeropuerto, donde nos encontramos. A la mañana siguiente tomamos un tren a Firenze SMN para turistear juntos ese fin.

El caso es que Bologna resultó ser uno de esos lugares a los que no muchos turistas van, pero que es una joya escondida, al igual que Siena.
Siena fuimos al final del viaje, una semana después de la visita a Bologna Florencia. Sin embargo, no la pude visitar muy bien ya que el día que tomé el tren desde Roma hubo una tormenta de nieve que paralizó media Italia. Por suerte pude llegar con algunas horas de retraso y, cuando por fin estuve en mi destino, sorpresa, ¡no se podía transitar ni caminar por media ciudad! Además no llevaba botas de invierno para que no se me metiera el frío ni la nieve por las patrullas. Pero igual me fui de paseo, sabiendo que la gripa me pegaría cuando estuviera de regreso en casa.

Anyway, no esperaba gran cosa de Siena pero resultó ser de los pueblos más bonitos que he visitado. Está formada por calles angostas que suben por la montaña y que llevan a sus sitios más importantes, como los son la Piazza del Campo, y la Catedral de Siena, además de a las diferentes escuelas de su universidad.

La Piazza es diferente a cualquier otro zócalo antiguo al que haya ido ya que, contrario al resto de la ciudad que está en pleno monte, está hundida en un pequeño "valle". La combinación de la plaza hundida con toda la nieve que cayó en unas cuantas horas, hizo que los niños y teenagers locales usaran bolsas de plástico o tapas de botes de basura como trineos para bajar desde las diferentes entradas hacia el centro del zócalo. 
plaza con nieve y gente jugando
palacio publico en Siena de noche
Decidido a no terminar el viaje en una ambulancia, preferí solo observar a los demás chavos aventarse por las calles empedradas que dan a la mega torre del Palazzo Pubblico, y en vez regresé al hotel donde me esperaba Cinthya. Era nuestra última noche en Italia, y con el clima tan inclemente decidí acortar un poco mi estancia en este pueblo y salir junto con ella a las 6am del día siguiente hacia Florencia, donde ella tomó un avión de vuelta a casa (pasando por Roma, Londres, Frankfurt y Washington), y yo un tren hacia Milán para luego volar a Copenhagen y Reykjavik.

¡Pero hasta esa noche Cin no había probado ni una pizza! Como teníamos que resolver ese pequeño detalle, acabamos nuestro viaje comiendo en la mejor pizzería de la ciudad, que era un restaurantico pequeño y sin mucho que verle, pero con comida de 10. Además, Cin pidió una copa de Prosecco que se nos hacía ligeramente cara aunque nada impagable, que ¡resultó ser la botella completa! Nos sacrificamos y le dimos jaque como último festejo del viaje.

Nada mal.
catedral con nieve en la noche

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