La Sirenita... de Copenhagen
Si hay un lugar muy lindo que evitar durante el invierno, al menos en mi experiencia, ese es Copenhagen. Seguro hay otros mucho más fríos, pero este es el que yo visité. Y que feo estuvo. Igual el frío no me quitó el hábito de caminar por toda la ciudad, pero sí hizo que no me detuviera en ningún lugar por más de cinco minutos. Excepto en un par de iglesias donde me metí para calentarme.
Parques verdes. Jardines llenos de rosas. Árboles alineados. Fuente tras fuente. Ese es el Copenhagen que conocí durante el verano de 2008. Lleno de vida, de turistas y locales por igual, todos disfrutando una ciudad de colores con miles de bicicletas. Cheleando y descansando en el pasto, o tomando un café con el muelle de Nyhavn de fondo (el de la foto en la portada).
En cambio, esta vez me tocó una ciudad gris, con árboles pelones y fuentes secas.
De lo que no me puedo quejar es de la infraestructura y del aeropuerto. Bueno, me puedo quejar de que casi no hay baños públicos y sufrí de más por eso. Pero de ahí en fuera, hasta me gustó pasar un par de horas sin nada que hacer en él antes de regresar a casa. Pero como en el vuelo de ida tenía ocho o nueve horas que matar entre vuelos (iba de Reykjavik a Milan), no me quedó de otra más que tomar el metro y en quince minutos llegar al centro de la ciudad.
Con tiempo muy limitado, y con la "ventaja" de que muchos lugares estaban cerrados por el frío invierno, me lancé a caminar por la ciudad. La Little Mermaid, Nyhavn, el City Hall y Frederik's Church, Christiania, así como los diferentes palacios, jardines botánicos e iglesias dedicados a, o construidos por los Reyes Daneses, son los lugares más populares que visitar. Y apurándome los pude recorrer todos.
Dinamarca es uno de los países donde más lee la gente y donde más alfabetismo existe (incluyendo horas de lectura, acceso a bibliotecas, periódicos, e información impresa o en medios electrónicos, etc.). Y como no, si en todos lados hay calles o barrios dedicados a los escritores famosos. En específico a uno. Hans Christian Andersen. Seguro sí lo conocen aunque no lo crean. ¿Les suena La Sirenita? ¿El Patito Feo? ¿Pulgarcita? Por cierto, aunque la estatua de la Sirenita en el mar es una parada obligatoria, prepárense para la decepción de su vida.
Y bueno, como desde niños están rodeados de libros, es normal que conforme crezcan vayan nutriendo sus cabezas con todo tipo de ideas. Ya sean ideas prácticas, por lo que producen miles de ingenieros destacados al año, o más "intelectuales", generando diseñadores y artistas al por mayor. Sobre todo diseñadores. Por eso y más temas del ambiente en el que crecen este país es de primer mundo, mientras que en México nos quedamos estancados por la falta de fondos dirigidos al desarrollo de tecnología, fomento a la cultura y a la educación.
Anyway, como siempre desvarié un poco. Regresemos al viaje. Como les platiqué en el post de Milan, a veces me confunden con árabe. Y esta vez tanto en el aeropuerto como el calle lo hicieron. El primero fue para que le ayudara a un señor mayor a encontrar una sala de espera y conectarse a internet con su celular. El segundo fue para ver si sabía donde había un baño. Ese segundo fue super raro porque yo ya no aguantaba las ganas, por lo que vi que no era el único con ese mal. Entré a un par de supermercados pero nada, intenté en universidad y nada, y recordé lo lindo que es poder entrar a cualquier Sanborns, o a algún pub en México y Londres respectivamente y usar el baño sin problema. Finalmente, afuera de un parque había un baño para indigentes y me tuve que meter ahí. Ni modo que me hiciera ¿no?
Como no tenía mucho más tiempo porque necesitaba regresar al aeropuerto, terminé de visitar los lugares más turísticos y seguí mi camino hacia Milán. Aunque fue poco tiempo y hacía demasiado frío, valió la pena esta larga escala. En caso de que les toque pasar unas cuantas horas o días en esta bonita ciudad, les dejo un link con un buen itinerario para recorrer la ciudad dependiendo de cuanto tiempo dispongan . Ya sean tres horas o una semana, hay muchas maneras de recorrerla a pie, bici o hasta en bote.
Parques verdes. Jardines llenos de rosas. Árboles alineados. Fuente tras fuente. Ese es el Copenhagen que conocí durante el verano de 2008. Lleno de vida, de turistas y locales por igual, todos disfrutando una ciudad de colores con miles de bicicletas. Cheleando y descansando en el pasto, o tomando un café con el muelle de Nyhavn de fondo (el de la foto en la portada).
En cambio, esta vez me tocó una ciudad gris, con árboles pelones y fuentes secas.
De lo que no me puedo quejar es de la infraestructura y del aeropuerto. Bueno, me puedo quejar de que casi no hay baños públicos y sufrí de más por eso. Pero de ahí en fuera, hasta me gustó pasar un par de horas sin nada que hacer en él antes de regresar a casa. Pero como en el vuelo de ida tenía ocho o nueve horas que matar entre vuelos (iba de Reykjavik a Milan), no me quedó de otra más que tomar el metro y en quince minutos llegar al centro de la ciudad.
Con tiempo muy limitado, y con la "ventaja" de que muchos lugares estaban cerrados por el frío invierno, me lancé a caminar por la ciudad. La Little Mermaid, Nyhavn, el City Hall y Frederik's Church, Christiania, así como los diferentes palacios, jardines botánicos e iglesias dedicados a, o construidos por los Reyes Daneses, son los lugares más populares que visitar. Y apurándome los pude recorrer todos.
Dinamarca es uno de los países donde más lee la gente y donde más alfabetismo existe (incluyendo horas de lectura, acceso a bibliotecas, periódicos, e información impresa o en medios electrónicos, etc.). Y como no, si en todos lados hay calles o barrios dedicados a los escritores famosos. En específico a uno. Hans Christian Andersen. Seguro sí lo conocen aunque no lo crean. ¿Les suena La Sirenita? ¿El Patito Feo? ¿Pulgarcita? Por cierto, aunque la estatua de la Sirenita en el mar es una parada obligatoria, prepárense para la decepción de su vida.
Y bueno, como desde niños están rodeados de libros, es normal que conforme crezcan vayan nutriendo sus cabezas con todo tipo de ideas. Ya sean ideas prácticas, por lo que producen miles de ingenieros destacados al año, o más "intelectuales", generando diseñadores y artistas al por mayor. Sobre todo diseñadores. Por eso y más temas del ambiente en el que crecen este país es de primer mundo, mientras que en México nos quedamos estancados por la falta de fondos dirigidos al desarrollo de tecnología, fomento a la cultura y a la educación.
Anyway, como siempre desvarié un poco. Regresemos al viaje. Como les platiqué en el post de Milan, a veces me confunden con árabe. Y esta vez tanto en el aeropuerto como el calle lo hicieron. El primero fue para que le ayudara a un señor mayor a encontrar una sala de espera y conectarse a internet con su celular. El segundo fue para ver si sabía donde había un baño. Ese segundo fue super raro porque yo ya no aguantaba las ganas, por lo que vi que no era el único con ese mal. Entré a un par de supermercados pero nada, intenté en universidad y nada, y recordé lo lindo que es poder entrar a cualquier Sanborns, o a algún pub en México y Londres respectivamente y usar el baño sin problema. Finalmente, afuera de un parque había un baño para indigentes y me tuve que meter ahí. Ni modo que me hiciera ¿no?
Como no tenía mucho más tiempo porque necesitaba regresar al aeropuerto, terminé de visitar los lugares más turísticos y seguí mi camino hacia Milán. Aunque fue poco tiempo y hacía demasiado frío, valió la pena esta larga escala. En caso de que les toque pasar unas cuantas horas o días en esta bonita ciudad, les dejo un link con un buen itinerario para recorrer la ciudad dependiendo de cuanto tiempo dispongan . Ya sean tres horas o una semana, hay muchas maneras de recorrerla a pie, bici o hasta en bote.
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